Palabras durante la presentación de elipsis… “El final de un ocaso”
Buenos días a todas, muchas gracias por venir…
Hoy es un día particularmente especial para mí ya que con esta exposición siento que cierro un ciclo de mi vida que estuvo lleno de silencios y oscuridad…
Es curioso cuando uno comienza un trabajo fotográfico o artístico, no siempre tienes claro porque lo haces, solo sientes que necesitas hacerlo… luego van apareciendo las palabras y el sentido de todo se va escribiendo…
El imaginario real del cuerpo lo comencé en mi estudio en Venezuela, compartiendo con diversas amigas y colegas un espacio donde cada uno y una podía abrir procesos y ser… hubo personas que desprendieron ilusión, sensualidad, amor propio; pero otras personas se conectaron con sus tristezas y los vacíos más profundos…
Fue un modo de abrir diálogo desde lo íntimo de cada una: entre oscuros, luces y silencios… De hecho, confieso que en un principio yo no pretendía mostrar este trabajo, hasta que llegue a Madrid y mi profesora y curadora de proyecto después de 2 horas de ver fotos, ve una foto de este trabajo e inmediatamente me dice “¡esto es!”, y para mí fue como “vaya, el único que no sabía hablar…”
Lo traduje en el único lenguaje que sentí podía darle un sentido, los tecnicismos de mi carrera: la psicología, y el psicoanálisis. Dividí las fotos representando los registros del imaginario y lo real: lo imaginario como esa imagen que creamos para comunicarnos, una imagen especular que desde la interpretación del Otro intentamos dotar de sentido que no alcanza nunca la verdad absoluta; y lo real como ese encuentro con el cuerpo propio que siempre estará fragmentando, solo frente a un espejo podríamos verlo completo, pero en total soledad solo vemos nuestras manos, nuestro torso, nuestras piernas… jamás la espalda o los ojos propios… lo real nos enfrenta al verdadero vacío de no vernos a nosotros mismos…
Pero el trabajo estaba incompleto, la teoría de Jaques Lacan menciona que los registros del ser son “lo imaginario, lo real y lo simbólico”. Pero como mencione antes, no encontraba la palabra y la voz para expresar el sentido de este trabajo. Lo simbólico llegó solo años después mientras me radicaba en Madrid, cuando en soledad afloro lo reprimido y comencé a enmendar mis propias cicatrices… Aunque siempre me he sentido una luchadora, (queriendo salvar el mundo por mi propia cuenta, una y otra vez), algunas veces la única salvación que conseguí fui huir y acallar el dolor de mi cobardía de quedar inmovilizada y no poder hacer más (mi cuerpo no respondía). Después muchos años me atrevo a alzar la mirada y darle luz y voz a lo que no podía contar… hoy por primera vez lo voy a contar de forma pública como una manera de demostrarme que lo he superado: fui víctima de violencia de género, he sido violada, humillada y culpabilizada. Pero solo aquí al escuchar a otras mujeres atreverse a hablar fui capaz de afrontar lo que me había pasado, soltar esa pesada carga y finalmente vivir el luto de la ilusión y el amor que se pierde cuando estas cosas suceden…
Es por ello que haberme topado con la oportunidad de exponer en un acogedor espacio feminista como este, sentí que era lugar adecuado y el momento perfecto para cerrar este proyecto de tantos años, poder confesar de que va todo este lío, darle punto final y seguir adelante y quizás con suerte motivar a otras mujeres y decirles “no estás sola”, no tienes que estarlo.
Así encontrarán alrededor de estas paredes imágenes sobre lo imaginario y esa necesidad por comunicar desde la imagen especular; a los encuentros con un cuerpo fragmentando, sus vacíos, sus síntomas y sus silencios… A lo simbólico de cuando la palabra atraviesa finalmente el cuerpo… Y por último estas tres piezas que si bien no guardan relación estética con el resto, son el punto final que preparé para cerrar el recorrido aquí, justo al lado de la primera foto que hice de este proyecto, reconciliándome conmigo y el perdón.
Solo por hoy además he preparado en aquel rincón una especie de instalación con piezas inéditas de Elipsis y proyecciones de varias obras de videoarte donde se puede observar el giro que ha ido tomando mis luchas y mi trabajo personal. Incluyendo un adelanto del proyecto que tengo ahora en proceso más enfocado en generar un estudio sobre la infodemia de las imágenes y la huella ecológica que causa; dejando a un lado la poética que puede tener estas piezas e inclinándome más hacia el trabajo social, el activismo y el medioambiente.
(Pero bueno, no me quiero extender demasiado con detalles, ya tendréis tiempo de verlas durante esta mañana y comentaremos…) Así que volviendo a la celebración de este bonito día, les he pedido a 3 mujeres increíbles colaborar con un pequeño recital de poesía para ilustrar con sus voces la temática que acompaña este recorrido desde su sabiduría femenina sobre el propio cuerpo, el lenguaje y el amor propio.
Comenzaremos con los poemas sublimes de Ana Shue, seguido de la gran imaginación de Maria J. Mena, y por último y no menos importante la imponente y empoderada Maria Ovelar…
Luego me acompaña un talentosísimo y carismático músico con quien me tope hace poco pero quede maravillada de sus ritmos y melodías que no pasan desapercibido al cuerpo que apenas comienza el cuerpo a escuchar, resuena para moverse, bailar y celebrar la vida… Txuninh O Brado…
Ya para terminar quiero agradecer a la fundación entredós por el espacio y la oportunidad, a Muestra t de Madrid Orgullo por apoyarnos, especialmente a Natacha que se ha convertido en una madrina del proyecto de Sabiduría Femenina bajo la gestión cultural de franquearte vive el arte. A las matrocinadoras como los placeres de Lola y a todas vosotras por estar hoy aquí acompañándome.
A Ligia Berg y Jesús Romero por tan bellas imágenes…
Gracias, Gracias, Gracias.