En esta oportunidad haré algunas reflexiones sobre la influencia de las tendencias de la moda y la tecnología, frente a la nuestra construcción de una identidad propia.
Comencemos por aclarar que el propósito de la moda no es vender ropa, es vender un estilo de vida con el cual nos sentimos identificados, simbolizando como queremos sentirnos, como deseamos representarnos ante la mirada del mundo.
La moda le ha aportado a la sociedad desde hace varias décadas lo que el contexto cultural de la época necesita: por ejemplo vemos una marcada diferencia entre la imagen de la mujer de los años 20 a la mujer de los años 30 y 50, donde en la primera viviendo en américa una época de crecimiento económico y del consumo: notamos la imagen de la mujer acompañada de muchos complementos y detalles (collares, broches, plumas, lentejuelas, diademas, etc), faldas más cortas, telas vaporosas, glamur desbordante. Y de repente para los años 30 y hasta los 50, viviendo las secuelas de la segunda guerra mundial y la depresión, se llevó a desarrollar la moda con telas que fueran mucho más accesibles económicamente y con estilo que reflejaba a la mujer trabajadora, sin perder la elegancia, proporcionando una actitud más sofisticada y de alguna manera más recatada, prestándose al contexto que se padecía en el momento.
Pero dando un salto en el tiempo, y con la llegada de la era digital y del acceso a la información, se ha producido un fenómeno en donde la figura ideal de la sociedad, ya no se limita con nuestro propio contexto geográfico más cercano, sino que accede a culturas, estilos, modas que antes simplemente ignorábamos que existían. Así vemos una proliferación de tribus urbanas, de modas que marcan nuestra rebeldía y nuestra lucha hacia ciertos paradigmas, e incluso identificaciones que hacen comunidad por medio de nuestros síntomas en el cuerpo (como es los grupos de apoyo sobre anorexia, depresión, alcoholismo, etc).
Vivimos en la época de las clasificaciones: todos somos diagnosticables y todos hacemos comunidad por las etiquetas que hoy pueden ser impuestas o podemos escoger nosotros mismos. Así encontramos hacer lazo social (aunque sea cibernética) con otros que compartan los mismos “padecimientos” o “ideales” que nosotros. Hoy nada nos obliga a salir de nuestras pantallas para entablar una conversación, una amistad, no es necesario estar ya frente a otro. La era de la digitalización se ha prestado a apaciguar cualquier síntoma o angustia, en cualquiera de sus formas por medio de las redes de la web.
Definitivamente los avances tecnológicos han facilitado una vía de llenar nuestros vacíos y calmar nuestras ansiedades, haciendo moda de ellas, son significantes convertidos en ideales con los que representamos el supuesto “quienes somos”, pero: hasta qué punto estas identificaciones responden auténticamente a una identidad propia, a nuestras singularidades, a lo que nos hace unicos? Te has preguntado hasta donde llega la identificación y donde comienza tu autentica identidad?
Estas representaciones que creamos de la moda, nos hacen semejantes a otros, nos ayudan a relacionarnos evitando la soledad implícita en el ser, pero definen quiénes somos? Nuestra esencia como ser único queda disminuida a la adicción de ignorar la realidad y la causa de nuestras peculiaridades, creando cada vez una distancia más larga para conocernos a nosotros mismos e influenciando nuestro comportamiento en masa.
"Hoy sufro de anorexia y trabajo en ella , que no es lo mismo que decir soy anoréxica.
"Tambien soy bailarina, administradora, amigable..."
"Soy transgenero, soy arquitecto, filosofo, soy padre, también soy viajero. A veces estoy feliz, otra veces estoy triste. Otras veces furioso y otra veces pacifico."
Agreguemos comas a nuestras identidentificaciones, agreguemos contenido a nuestra identidad, agreguemos singularidad, no solo puntos que encierren una definición.
Una cosa es tomar al otro como referente, compartiendo un ideal y apoyándose mutuamente para superar un padecimiento, pero otra muy distinta es definirnos a través de solo ese significante compartido. He ahí la problemática planteada por la proliferación de las nuevas modas encontradas gracias al acceso de la era digital.
Identidad ≠ Identificaciones
La exigencia de la modernidad y las nuevas tecnologías
Las identificaciones idealizadas están estrechamente relacionadas con el sacrificio propio por conseguir un propósito. Conseguir "Ser" conlleva un trabajo personal, conlleva sacrificio, esfuerzo por alcanzar quien quiero ser, en quien me quiero convertir , lo que deseo. Pero debemos preguntarnos ese ideal que buscamos tiene que ver con nosotros o tiene que ver con algo de lo social? De quien es la exigencia a la que me someto? Es propia o es del otro?
Vemos identificaciones que van al extremo siguiendo instrucciones de un “líder” a través de la red, como es el caso del juego de la ballena azul, donde un administrados/cuidador deja instrucciones por 50 días terminando con el suicidio de los chicos que se identificaron con el juego, dejando hasta el momento unos 130 menores de edad y contando.
Igualmente lo vemos en casos de religión, política y otras redes… Que dejo para profundizar en el taller...
QUE LAS IDENTIDADES NO NOS DEFINAN
Hoy en día nadie se ve, hasta que no es a travesado por la mirada del otro a quien encausa una interpretación y una significación de lo que esa imagen quiere decir. Y es ahí cuando comenzamos a mirarla, a partir de la significación que nos estructura. Hoy la imagen en si misma no sorprende, sorprende la mirada y su proceso de significación, sorprende el tiempo que le dedicamos a interpretar, a decir, a ponerle palabra.
Construimos nuestra imagen, la simbolizamos desde estas caracterizaciones, con el internet tenemos acceso a ser lo que queramos ser, es la era de la revelación, hoy todo es discutible, y solo tu juicio podrá decidir en que creer y en que no. Se trata de hacernos conscientes sobre si ser dejar que los otros definan quienes somos o construir nuestra identidad a partir de lo singular de cada uno, de lo que definamos nosotros mismos que somos.
La invitación es a trabajar en función de encontrarnos, aceptarnos nosotros mismos, aprovechemos de la era tecnológica la información, la educación que nos pone al alcance, para construir la mejor versión de nosotros mismos, no nos dejemos solo influenciar por las identificaciones que hacen masa y relación.
Copyright © Corina López De Sousa, 2017.